sábado, 13 de mayo de 2017

Ser madre

Una vez escuché que cuando se es madre, la mujer activa una parte específica de su cerebro que permanecía dormida. No lo puse en duda.
La capacidad de entrega de una madre va, muchas veces, más allá de entendimiento; se escapa de las explicaciones científicas, de los teoremas matemáticos, e incluso de las leyes prestablecidas; no hay muchas circunstancias que puedan modificar ese sentimiento.
Madre y el niño en el dredón rojo, de Cludia Tremblay
Sin embargo, no podemos negar que no hay madre perfecta, que alguna que otra dista de lo que consideramos como tal, pero lo que sí es seguro, es que una madre permanecerá para siempre como centro fundamental de nuestras vidas. La profundidad de la relación entre una madre y un hijo tiene repercusiones infinitas, ya sea con buenas o malas experiencias.
Hoy quise dedicar este pequeño escrito a toda mujer cuyo corazón la lleva a ser madre. No todas despertaremos esa parte de nuestro cerebro con un parto natural, pero sí despertaremos nuestros corazones con un parto emocional, con aquellos hijos, nietos, padres o abuelos que cuidamos con amor, desde el amor y para el amor.
Como hija agradezco cada segundo de mi vida la presencia de esa mujer que, no sólo me dio la vida, si no que me levantó en cada caída, que me alimentó en cada momento de necesidad emocional o espiritual, que se sentó a escuchar cada uno de mis sueños y torturas sin enjuiciarme; pero agradezco por sobre todo a la madre que me enseñó con el ejemplo a ser madre.
Cada uno hemos vivido experiencias diferentes, algunas maravillosas y otras no tanto, pero de una u otra manera siempre ha de aparecer esa figura materna en nuestras vidas. Porque, aunque una madre biológica se lleve el título genético, sólo es aquella que nutre, que cuida, que en la vigilia nos hace crecer, la que se lleva el título oficial. Una madre es más que un cuerpo de mujer, una madre es un corazón lleno de amor.
Esta semana agradezcamos la presencia de ese ser, o seres, que han nutrido nuestro camino para hacerlo más transitable; pero seamos más heroicos, tratemos de amplificar dicho agradecimiento para toda la vida, porque el amor de una madre no dura una semana o un día, sino toda nuestra existencia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario