sábado, 14 de octubre de 2017

Mantener el enfoque

Mantener el enfoque es quizás una de las tareas más difíciles y más reconfortantes al mismo tiempo, pero ¿cuántas veces nos distraemos o dejamos pasar ciertas oportunidades? Incontables veces, les aseguro.
La vida nos ofrece tantos caminos y posibilidades que la parálisis, en ciertos momentos, es la respuesta que consideramos más apropiada para no tener que actuar y, lógicamente, errar.
Sin embargo, el mundo está regido por el ensayo y error, y eventualmente por la posibilidad de triunfo. Porque en definitiva, sin el error no hay resultados y mantenernos en línea con lo que queremos es fundamental. Pero, ¿qué pasa entonces con las distracciones?, esos pequeños momentos que llenan nuestros días de, mejor no voy o no hablo, qué tal si lo dejo para mañana, quizás a nadie le importa, etc. Nos dejamos rodear de esos pequeños que se acumulan en nuestras puertas y no nos dejan pasar.
Otras veces, en cambio, preferimos no pensar y alimentar nuestro tiempo con cosas lejanas a nuestra lista de prioridades. No obstante, cuando nos alimentamos del no pensar, las idean nuevas, esas que lo cambian todo, se aburren de llamar a la puerta y se van.
Algunos métodos
Mantener el enfoque es un asunto de práctica, el actuar en las metas más pequeñas nos ayudará a tener una sensación de realización que nos dará la base para movernos a la siguiente fase. Confianza en nosotros mismos es, muchas veces, el ingrediente principal.
El establecer objetivos concisos es también otro método de enfoque, una forma de organizar nuestro tiempo para seguir una especie de esquema diario, semanal o mensual; un esquema que te lleve cada vez más cerca de lo que te propones en la vida, puede ser una excelente idea.
Si intentamos saltarnos los pasos, la caída puede que sea muy dolorosa y que cause el efecto contrario, es decir, huir para no volver a intentarlo. Por algo cuando niños empezamos con los pasos más pequeños.
Las distracciones siempre van a estar allí, ellas nunca van a desaparecer y se irán acumulando en nuestras puertas. Usémoslas en cambio como peldaños, como métodos para darnos cuenta qué estamos poniendo de lado. Sólo te digo que tengas paciencia, si te lo propones encontrarás la forma de mantener el huidizo enfoque a la mano.

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